30/03/2015

REQUIEM: SIGLOS XVIII y XX

(selección comparativa de 4 Requiem)
Repertorio base del concierto:
Misa de Difuntos a 7 (año 1715)………………………… Miguel Valls (1671-1738)
Archivo catedral de Pamplona
Requiem, op. 9. (1947)………………………………… Maurice Durufle (1902-1986)
Requiem (1985)……………………………………………………… John Rutter (1945 …)
Requiem for my friend (1998)………………………… Zbigniew Preisner (1955 …)

SELECCIÓN
Missa defunctorum
Antiphona ad introitum: Requiem aeternam-Kyrie, 7 v………………… M. Valls
Archivo Catedral Pamplona
Requiem aeternam-Kyrie, 4 v, ……………………………………………….. M. Duruflé
Requiem aeternam-Kyrie, 5 v. …………………………………………………… J. Rutter
Officium-Requiem aeternam, 4 v…………………………………………….. Z. Preisner

Missa defunctorum.
Graduale: In memoria aeterna, 3 v. ……………………………………………. M. Valls
Sequentia: Lacrimosa dies illa-Day of Tears, 4 v………………………. Z. Preisner
Solistas Laura Setuáin y Elena Miral (sopranos)
Sanctus, 5 v………………………………………………………………………….. M. Durufle
Communio: Lux aeterna-Light eternal, 4 v. ………………………………… J. Rutter

Títulos intercalados (s. XX) al texto original del Requiem:
The lord is my shepherd, 5 v. y solo de oboe (Ps. 22)…………………… J. Rutter
Solistas Ekaitz Mardaras (oboe), Raquel Ortega (arpa)
Love, 2 v. blancas y solo de saxo (sin texto)……………………………. Z. Preisner
Solista Sergio Eslava (saxo)
Qui erat et qui est, 4 v. (Apocalipsis I´8)…………………………………. Z. Preisner

Officium defunctorum. A modo de Responso final:
In paradisum, 4 v. …………………………………………. Gabriel Fauré (1845-1924)

Capilla de Música de la Catedral
Orquesta de Profesores
Conservatorio Superior de Música de Navarra:
Coro y Conjunto instrumental
Directora del Coro del CSMN: Uxue Úriz
Maestro de capilla: Aurelio Sagaseta

PRESENTACIÓN GENERAL

Frente a los Requiem románticos del s. XIX (H. Berlioz, Giuseppe Verdi etc.) que en general magnificaron el texto tremendista de la secuencia medieval del ‘Dies irae’, la estética cercana al Impresionismo francés de Gabriel Fauré y de Maurice Duruflé se orientó en sus Requiem hacia el carácter mucho más amable de los textos primitivos, conservados éstos durante siglos en el canto Gregoriano y en la mejor tradición polifónica.

Por otra parte, los compositores del s. XX como Z. Preisner y J. Rutter, ambos muy activos en nuestros días (uno en Polonia y el otro en Inglaterra), han seguido la misma línea, si bien Preisner, notable compositor de música de cine, a veces se aleja de la fuente gregoriana en su ‘Requiem por un amigo’, y ambos han añadido otros textos bíblicos e incluso introducido títulos como (Love) el amor, o instrumentos poco habituales en una catedral como el saxo. Es su particular aportación al secular Requiem, significando la unión de la muerte y de la vida. El aludido título ‘Love’ escrito para voces blancas, sugiere unas ninfas emergiendo cerca del Partenon de Grecia, y de hecho este Requiem se inauguró una noche al aire libre delante del Partenon de Atenas.

Dicho de otra manera; frente al ‘Dies irae’ (día de la ira), o el ‘Rex tremendae majestatis’, o el supuesto lugar de ‘profundos lagos y cavernas’ de los difuntos, se prefirió insistir en textos tan positivos como ‘los coros de los ángeles te salgan al encuentro y te conduzcan al Paraíso’. Por otra parte, las ideas repetidas del Requiem ‘lugar del descanso y de la paz’, ‘que la luz perpetua te ilumine’ estaban ya en el ritual de despedida a los muertos del antiguo Egipto, y la Iglesia de los primeros cristianos no tuvo reparo en introducirlas en su liturgia. Fue la Edad Media la que introdujo los aspectos más lúgubres, que por otra parte han sido eliminados por el Vaticano II.

A esta selección de Requiem fundamentalmente del s. XX se añade como término de comparación un Requiem local de Miguel Valls, maestro de capilla de nuestra Catedral, quien en 1715 nos dejó una interesante ‘Misa de Difuntos’ a 7 v. y dos coros. Su autor aboga también por la línea amable y se apoya directamente en el Canto Gregoriano, igual que los franceses del s. XX, solo que con un adelanto de 250 años, año 1715, o sea justo cuando Antonio Vivaldi acababa de fallecer en Venecia o el genio de J. S. Bach cumplía 30 años de edad y comenzaba a brillar en la corte de Weimar. Creemos que el olvidado maestro local de Pamplona Miguel Valls merece ser presentado y conocido.

Una palabra sobre el uso del arpa. Ha sido tradición de las catedrales españolas la utilización del arpa en el Barroco como bajo continuo precisamente en Semana Santa y Oficio de Difuntos, sustituyendo al órgano en el cometido. Pamplona mantuvo la tradición hasta muy tarde, ya que el Cabildo manda comprar todavía a finales del s. XIX un arpa para la Capilla de Música, pues el anterior estaba ‘sin cuerdas y fuera de uso’, mientras que en 1877 se constata la existencia de otro arpa con su método para tocarla ‘de sistema moderno y que está en buen uso’. Hoy día se conserva en el Archivo de Música el citado método, no los arpas.

Evidentemente la programación de 4 Requiem requiere una selección, ya que la interpretación de cada uno de los títulos necesitaría una hora de tiempo por obra, lo que la hace inviable. Cierra el recital el bellísimo responso final ‘In paradisum’ de Gabriel Fauré, el autor que inicia en Paris el nuevo estilo de los, digamos, ‘esperanzadores’ Requiem del s. XX. Alguien podría incluir en la misma línea también el monumental ‘Un requiem aleman’ de Johannes Brahms, pero pertenece al s XIX (1868) y además no sigue el texto tradicional del Requiem.

Por último, muchas gracias al Conservatorio Superior de Música de Navarra por su participación y colaboración coral e instrumental con la Capilla de Música. La otra mitad de la orquesta está tomada de la O. Sinfónica de Navarra. En la formación de un músico profesional entra la vivencia de todo tipo de música, tanto la propia de un moderno auditorio como la estética y acústica, por ejemplo, de una catedral gótica.

Miguel Valls, músico valenciano, maestro de capilla de la Seo iruñense entre 1704-1738. En 1719, año en que Felipe V e Isabel de Farnesio visitaron la catedral, mantuvo ciertas desavenencias con el cabildo de la misma, motivadas por la educación que el maestro daba u omitía a los Infanticos del coro. Fue destituído de algunas de sus obligaciones, pero continuó figurando como maestro de capilla hasta su fallecimiento. El cuidado de los niños cantores constituyó un tormento para muchos maestros de capilla (Francisco Guerrero, F. Javier de la Huerta etc.), pues eran formidables polifonistas, pero no necesariamente pedagogos.

Por lo que respecta a su obra musical, la producción conservada en Pamplona es escasa, siendo la más importante la Misa de Difuntos (1715) a 7 v. y la lección primera de difuntos Pace mihi, a 4 v, así como el bello Graduale In memoria a 3 v.

Intervino activamente en la famosa polémica que dividió a los principales maestros de capilla de España de la época a causa de la Misa Scala Aretina de Francisco Valls. Miguel Valls apoyó la línea más progresista, la de Francisco Valls (¿era pariente?

John Rutter, compositor inglés educado en el famoso centro Highgate School, director de coros, arreglista y productor, es uno de los autores actuales mejor aceptados en muchos circuitos musicales sobre todo de Europa y EE.UU.

Presentamos su Requiem aeternam, con texto en latín e inglés. Fuera de algunas manchas sonoras iniciales, calculadamente buscadas sobre el choque simultáneo de los 12 semitonos de la escala cromática, la obra en general se mantiene cerca de un centro tonal claro, e incluso a veces trae a colación temas gregorianos de la Secuencia de Pascua (muerte y vida). El resultado final es una música moderna, muy agradable, más fácil de entender y asimilar que no tanto de interpretar.

Destacamos el título The lord is my shepherd, donde el oboe solista, instrumento pastoril por excelencia, dialoga con el coro y arpa, tratando de reflejar el conocido texto del Salmo 22 ‘El Señor es mi pastor y me conduce por verdes prados a las aguas frescas’

El número final de la obra ‘Lux aeterna’ recoge en una bellísima ascensión espiritual la luz que emerge desde la tierra misma, luz que florece ya transformada, en el cielo. La obra sugiere la utilización de efectos lumínicos añadidos fáciles de encontrar en los mil rincones ocultos de una catedral gótica siempre necesitados de luz, mientras el coro va desgranando las notas finales de la misteriosa ‘Lux aeterna’. El acorde final exige un largo diminuendo, que acaba en ‘niente-niente’, nada: es la música del silencio eterno…

El polaco Zbigniew Preisner nacido en 1955, es el más joven de los compositores presentados. Ha trabajado con directores de cine como Francis F. Coppola (El Jardín secreto) o con Kieslowski, anta cuya inesperada muerte compuso en 1998 su ‘Requiem por un amigo’. Frente a títulos grandilocuentes y llamativos como Kai-kairós o Lacrymosa (repite el tema dos veces en el mismo Requiem), nos inclinamos por la sugerente simplicidad de su ‘Love’ para voces blancas, un intento de aproximar la muerte y la vida, la tierra y el cielo, lo profano y lo sacro, el templo y el mundo del saxo. A veces es muy difícil establecer la línea divisoria entre ambos. ¿De verdad, lo sabe alguien?

Maurice Duruflé, iniciado como niño de coro en la Catedral de Ruan, a los 17 años pasó a París para estudiar órgano con Charles Tournemire e ingresa en el Conservatorio Superior, donde estudia composición con Charles-Marie Widor y con Paul Dukas, y órgano con Eugène Gigout. Con éste mantuvo más tarde sus diferencias, pero al final de su vida le describirá lacónicamente como «un excelente hombre, y punto, es todo». Junto al gran concertista de órgano Louis Vierné fue el organista indiscutible de Notre Dame de Paris, así como asistente de Marcel Dupré en la clase de órgano del Conservatorio y profesor de Composición hasta 1970.

En 1947 compone su obra más conocida, el Réquiem Opus 9, para coro, solistas y orquesta que es estrenada por Paul Paray. El Réquiem presenta similitudes con el de G. Fauré (Durufle tocó el órgano en el funeral de Fauré), pero también está muy influenciado por el canto gregoriano y por la música del Renacimiento. Por ejemplo, el tema de la obertura en el Introit-Kyrie está emparentado con la Missa pro defunctis del portugués Duarte Lobo (s. XVII).

El Requiem de Duruflé ha sido revisado en dos ocasiones y existen actualmente tres versiones: una para orquesta sola, otra para orquesta sinfónica y coro, y una última para órgano con coro (que comprende un solo obligado para violonchelo en el Pie Jesu).

El maestro de capilla

Fecha30 Mar 2015 a las 20:00EscenarioCatedral de Santa MaríaCiudadPamplonaProvinciaNavarraPaísEspaña

REQUIEM: SIGLOS XVIII y XX

Fecha30 Mar 2015 a las 20:00EscenarioCatedral de Santa MaríaCiudadPamplonaProvinciaNavarraPaísEspaña

(selección comparativa de 4 Requiem)
Repertorio base del concierto:
Misa de Difuntos a 7 (año 1715)………………………… Miguel Valls (1671-1738)
Archivo catedral de Pamplona
Requiem, op. 9. (1947)………………………………… Maurice Durufle (1902-1986)
Requiem (1985)……………………………………………………… John Rutter (1945 …)
Requiem for my friend (1998)………………………… Zbigniew Preisner (1955 …)

SELECCIÓN
Missa defunctorum
Antiphona ad introitum: Requiem aeternam-Kyrie, 7 v………………… M. Valls
Archivo Catedral Pamplona
Requiem aeternam-Kyrie, 4 v, ……………………………………………….. M. Duruflé
Requiem aeternam-Kyrie, 5 v. …………………………………………………… J. Rutter
Officium-Requiem aeternam, 4 v…………………………………………….. Z. Preisner

Missa defunctorum.
Graduale: In memoria aeterna, 3 v. ……………………………………………. M. Valls
Sequentia: Lacrimosa dies illa-Day of Tears, 4 v………………………. Z. Preisner
Solistas Laura Setuáin y Elena Miral (sopranos)
Sanctus, 5 v………………………………………………………………………….. M. Durufle
Communio: Lux aeterna-Light eternal, 4 v. ………………………………… J. Rutter

Títulos intercalados (s. XX) al texto original del Requiem:
The lord is my shepherd, 5 v. y solo de oboe (Ps. 22)…………………… J. Rutter
Solistas Ekaitz Mardaras (oboe), Raquel Ortega (arpa)
Love, 2 v. blancas y solo de saxo (sin texto)……………………………. Z. Preisner
Solista Sergio Eslava (saxo)
Qui erat et qui est, 4 v. (Apocalipsis I´8)…………………………………. Z. Preisner

Officium defunctorum. A modo de Responso final:
In paradisum, 4 v. …………………………………………. Gabriel Fauré (1845-1924)

Capilla de Música de la Catedral
Orquesta de Profesores
Conservatorio Superior de Música de Navarra:
Coro y Conjunto instrumental
Directora del Coro del CSMN: Uxue Úriz
Maestro de capilla: Aurelio Sagaseta

PRESENTACIÓN GENERAL

Frente a los Requiem románticos del s. XIX (H. Berlioz, Giuseppe Verdi etc.) que en general magnificaron el texto tremendista de la secuencia medieval del ‘Dies irae’, la estética cercana al Impresionismo francés de Gabriel Fauré y de Maurice Duruflé se orientó en sus Requiem hacia el carácter mucho más amable de los textos primitivos, conservados éstos durante siglos en el canto Gregoriano y en la mejor tradición polifónica.

Por otra parte, los compositores del s. XX como Z. Preisner y J. Rutter, ambos muy activos en nuestros días (uno en Polonia y el otro en Inglaterra), han seguido la misma línea, si bien Preisner, notable compositor de música de cine, a veces se aleja de la fuente gregoriana en su ‘Requiem por un amigo’, y ambos han añadido otros textos bíblicos e incluso introducido títulos como (Love) el amor, o instrumentos poco habituales en una catedral como el saxo. Es su particular aportación al secular Requiem, significando la unión de la muerte y de la vida. El aludido título ‘Love’ escrito para voces blancas, sugiere unas ninfas emergiendo cerca del Partenon de Grecia, y de hecho este Requiem se inauguró una noche al aire libre delante del Partenon de Atenas.

Dicho de otra manera; frente al ‘Dies irae’ (día de la ira), o el ‘Rex tremendae majestatis’, o el supuesto lugar de ‘profundos lagos y cavernas’ de los difuntos, se prefirió insistir en textos tan positivos como ‘los coros de los ángeles te salgan al encuentro y te conduzcan al Paraíso’. Por otra parte, las ideas repetidas del Requiem ‘lugar del descanso y de la paz’, ‘que la luz perpetua te ilumine’ estaban ya en el ritual de despedida a los muertos del antiguo Egipto, y la Iglesia de los primeros cristianos no tuvo reparo en introducirlas en su liturgia. Fue la Edad Media la que introdujo los aspectos más lúgubres, que por otra parte han sido eliminados por el Vaticano II.

A esta selección de Requiem fundamentalmente del s. XX se añade como término de comparación un Requiem local de Miguel Valls, maestro de capilla de nuestra Catedral, quien en 1715 nos dejó una interesante ‘Misa de Difuntos’ a 7 v. y dos coros. Su autor aboga también por la línea amable y se apoya directamente en el Canto Gregoriano, igual que los franceses del s. XX, solo que con un adelanto de 250 años, año 1715, o sea justo cuando Antonio Vivaldi acababa de fallecer en Venecia o el genio de J. S. Bach cumplía 30 años de edad y comenzaba a brillar en la corte de Weimar. Creemos que el olvidado maestro local de Pamplona Miguel Valls merece ser presentado y conocido.

Una palabra sobre el uso del arpa. Ha sido tradición de las catedrales españolas la utilización del arpa en el Barroco como bajo continuo precisamente en Semana Santa y Oficio de Difuntos, sustituyendo al órgano en el cometido. Pamplona mantuvo la tradición hasta muy tarde, ya que el Cabildo manda comprar todavía a finales del s. XIX un arpa para la Capilla de Música, pues el anterior estaba ‘sin cuerdas y fuera de uso’, mientras que en 1877 se constata la existencia de otro arpa con su método para tocarla ‘de sistema moderno y que está en buen uso’. Hoy día se conserva en el Archivo de Música el citado método, no los arpas.

Evidentemente la programación de 4 Requiem requiere una selección, ya que la interpretación de cada uno de los títulos necesitaría una hora de tiempo por obra, lo que la hace inviable. Cierra el recital el bellísimo responso final ‘In paradisum’ de Gabriel Fauré, el autor que inicia en Paris el nuevo estilo de los, digamos, ‘esperanzadores’ Requiem del s. XX. Alguien podría incluir en la misma línea también el monumental ‘Un requiem aleman’ de Johannes Brahms, pero pertenece al s XIX (1868) y además no sigue el texto tradicional del Requiem.

Por último, muchas gracias al Conservatorio Superior de Música de Navarra por su participación y colaboración coral e instrumental con la Capilla de Música. La otra mitad de la orquesta está tomada de la O. Sinfónica de Navarra. En la formación de un músico profesional entra la vivencia de todo tipo de música, tanto la propia de un moderno auditorio como la estética y acústica, por ejemplo, de una catedral gótica.

Miguel Valls, músico valenciano, maestro de capilla de la Seo iruñense entre 1704-1738. En 1719, año en que Felipe V e Isabel de Farnesio visitaron la catedral, mantuvo ciertas desavenencias con el cabildo de la misma, motivadas por la educación que el maestro daba u omitía a los Infanticos del coro. Fue destituído de algunas de sus obligaciones, pero continuó figurando como maestro de capilla hasta su fallecimiento. El cuidado de los niños cantores constituyó un tormento para muchos maestros de capilla (Francisco Guerrero, F. Javier de la Huerta etc.), pues eran formidables polifonistas, pero no necesariamente pedagogos.

Por lo que respecta a su obra musical, la producción conservada en Pamplona es escasa, siendo la más importante la Misa de Difuntos (1715) a 7 v. y la lección primera de difuntos Pace mihi, a 4 v, así como el bello Graduale In memoria a 3 v.

Intervino activamente en la famosa polémica que dividió a los principales maestros de capilla de España de la época a causa de la Misa Scala Aretina de Francisco Valls. Miguel Valls apoyó la línea más progresista, la de Francisco Valls (¿era pariente?

John Rutter, compositor inglés educado en el famoso centro Highgate School, director de coros, arreglista y productor, es uno de los autores actuales mejor aceptados en muchos circuitos musicales sobre todo de Europa y EE.UU.

Presentamos su Requiem aeternam, con texto en latín e inglés. Fuera de algunas manchas sonoras iniciales, calculadamente buscadas sobre el choque simultáneo de los 12 semitonos de la escala cromática, la obra en general se mantiene cerca de un centro tonal claro, e incluso a veces trae a colación temas gregorianos de la Secuencia de Pascua (muerte y vida). El resultado final es una música moderna, muy agradable, más fácil de entender y asimilar que no tanto de interpretar.

Destacamos el título The lord is my shepherd, donde el oboe solista, instrumento pastoril por excelencia, dialoga con el coro y arpa, tratando de reflejar el conocido texto del Salmo 22 ‘El Señor es mi pastor y me conduce por verdes prados a las aguas frescas’

El número final de la obra ‘Lux aeterna’ recoge en una bellísima ascensión espiritual la luz que emerge desde la tierra misma, luz que florece ya transformada, en el cielo. La obra sugiere la utilización de efectos lumínicos añadidos fáciles de encontrar en los mil rincones ocultos de una catedral gótica siempre necesitados de luz, mientras el coro va desgranando las notas finales de la misteriosa ‘Lux aeterna’. El acorde final exige un largo diminuendo, que acaba en ‘niente-niente’, nada: es la música del silencio eterno…

El polaco Zbigniew Preisner nacido en 1955, es el más joven de los compositores presentados. Ha trabajado con directores de cine como Francis F. Coppola (El Jardín secreto) o con Kieslowski, anta cuya inesperada muerte compuso en 1998 su ‘Requiem por un amigo’. Frente a títulos grandilocuentes y llamativos como Kai-kairós o Lacrymosa (repite el tema dos veces en el mismo Requiem), nos inclinamos por la sugerente simplicidad de su ‘Love’ para voces blancas, un intento de aproximar la muerte y la vida, la tierra y el cielo, lo profano y lo sacro, el templo y el mundo del saxo. A veces es muy difícil establecer la línea divisoria entre ambos. ¿De verdad, lo sabe alguien?

Maurice Duruflé, iniciado como niño de coro en la Catedral de Ruan, a los 17 años pasó a París para estudiar órgano con Charles Tournemire e ingresa en el Conservatorio Superior, donde estudia composición con Charles-Marie Widor y con Paul Dukas, y órgano con Eugène Gigout. Con éste mantuvo más tarde sus diferencias, pero al final de su vida le describirá lacónicamente como «un excelente hombre, y punto, es todo». Junto al gran concertista de órgano Louis Vierné fue el organista indiscutible de Notre Dame de Paris, así como asistente de Marcel Dupré en la clase de órgano del Conservatorio y profesor de Composición hasta 1970.

En 1947 compone su obra más conocida, el Réquiem Opus 9, para coro, solistas y orquesta que es estrenada por Paul Paray. El Réquiem presenta similitudes con el de G. Fauré (Durufle tocó el órgano en el funeral de Fauré), pero también está muy influenciado por el canto gregoriano y por la música del Renacimiento. Por ejemplo, el tema de la obertura en el Introit-Kyrie está emparentado con la Missa pro defunctis del portugués Duarte Lobo (s. XVII).

El Requiem de Duruflé ha sido revisado en dos ocasiones y existen actualmente tres versiones: una para orquesta sola, otra para orquesta sinfónica y coro, y una última para órgano con coro (que comprende un solo obligado para violonchelo en el Pie Jesu).

El maestro de capilla

REQUIEM: SIGLOS XVIII y XX

Fecha30 Mar 2015 a las 20:00EscenarioCatedral de Santa MaríaCiudadPamplonaProvinciaNavarraPaísEspaña

(selección comparativa de 4 Requiem)
Repertorio base del concierto:
Misa de Difuntos a 7 (año 1715)………………………… Miguel Valls (1671-1738)
Archivo catedral de Pamplona
Requiem, op. 9. (1947)………………………………… Maurice Durufle (1902-1986)
Requiem (1985)……………………………………………………… John Rutter (1945 …)
Requiem for my friend (1998)………………………… Zbigniew Preisner (1955 …)

SELECCIÓN
Missa defunctorum
Antiphona ad introitum: Requiem aeternam-Kyrie, 7 v………………… M. Valls
Archivo Catedral Pamplona
Requiem aeternam-Kyrie, 4 v, ……………………………………………….. M. Duruflé
Requiem aeternam-Kyrie, 5 v. …………………………………………………… J. Rutter
Officium-Requiem aeternam, 4 v…………………………………………….. Z. Preisner

Missa defunctorum.
Graduale: In memoria aeterna, 3 v. ……………………………………………. M. Valls
Sequentia: Lacrimosa dies illa-Day of Tears, 4 v………………………. Z. Preisner
Solistas Laura Setuáin y Elena Miral (sopranos)
Sanctus, 5 v………………………………………………………………………….. M. Durufle
Communio: Lux aeterna-Light eternal, 4 v. ………………………………… J. Rutter

Títulos intercalados (s. XX) al texto original del Requiem:
The lord is my shepherd, 5 v. y solo de oboe (Ps. 22)…………………… J. Rutter
Solistas Ekaitz Mardaras (oboe), Raquel Ortega (arpa)
Love, 2 v. blancas y solo de saxo (sin texto)……………………………. Z. Preisner
Solista Sergio Eslava (saxo)
Qui erat et qui est, 4 v. (Apocalipsis I´8)…………………………………. Z. Preisner

Officium defunctorum. A modo de Responso final:
In paradisum, 4 v. …………………………………………. Gabriel Fauré (1845-1924)

Capilla de Música de la Catedral
Orquesta de Profesores
Conservatorio Superior de Música de Navarra:
Coro y Conjunto instrumental
Directora del Coro del CSMN: Uxue Úriz
Maestro de capilla: Aurelio Sagaseta

PRESENTACIÓN GENERAL

Frente a los Requiem románticos del s. XIX (H. Berlioz, Giuseppe Verdi etc.) que en general magnificaron el texto tremendista de la secuencia medieval del ‘Dies irae’, la estética cercana al Impresionismo francés de Gabriel Fauré y de Maurice Duruflé se orientó en sus Requiem hacia el carácter mucho más amable de los textos primitivos, conservados éstos durante siglos en el canto Gregoriano y en la mejor tradición polifónica.

Por otra parte, los compositores del s. XX como Z. Preisner y J. Rutter, ambos muy activos en nuestros días (uno en Polonia y el otro en Inglaterra), han seguido la misma línea, si bien Preisner, notable compositor de música de cine, a veces se aleja de la fuente gregoriana en su ‘Requiem por un amigo’, y ambos han añadido otros textos bíblicos e incluso introducido títulos como (Love) el amor, o instrumentos poco habituales en una catedral como el saxo. Es su particular aportación al secular Requiem, significando la unión de la muerte y de la vida. El aludido título ‘Love’ escrito para voces blancas, sugiere unas ninfas emergiendo cerca del Partenon de Grecia, y de hecho este Requiem se inauguró una noche al aire libre delante del Partenon de Atenas.

Dicho de otra manera; frente al ‘Dies irae’ (día de la ira), o el ‘Rex tremendae majestatis’, o el supuesto lugar de ‘profundos lagos y cavernas’ de los difuntos, se prefirió insistir en textos tan positivos como ‘los coros de los ángeles te salgan al encuentro y te conduzcan al Paraíso’. Por otra parte, las ideas repetidas del Requiem ‘lugar del descanso y de la paz’, ‘que la luz perpetua te ilumine’ estaban ya en el ritual de despedida a los muertos del antiguo Egipto, y la Iglesia de los primeros cristianos no tuvo reparo en introducirlas en su liturgia. Fue la Edad Media la que introdujo los aspectos más lúgubres, que por otra parte han sido eliminados por el Vaticano II.

A esta selección de Requiem fundamentalmente del s. XX se añade como término de comparación un Requiem local de Miguel Valls, maestro de capilla de nuestra Catedral, quien en 1715 nos dejó una interesante ‘Misa de Difuntos’ a 7 v. y dos coros. Su autor aboga también por la línea amable y se apoya directamente en el Canto Gregoriano, igual que los franceses del s. XX, solo que con un adelanto de 250 años, año 1715, o sea justo cuando Antonio Vivaldi acababa de fallecer en Venecia o el genio de J. S. Bach cumplía 30 años de edad y comenzaba a brillar en la corte de Weimar. Creemos que el olvidado maestro local de Pamplona Miguel Valls merece ser presentado y conocido.

Una palabra sobre el uso del arpa. Ha sido tradición de las catedrales españolas la utilización del arpa en el Barroco como bajo continuo precisamente en Semana Santa y Oficio de Difuntos, sustituyendo al órgano en el cometido. Pamplona mantuvo la tradición hasta muy tarde, ya que el Cabildo manda comprar todavía a finales del s. XIX un arpa para la Capilla de Música, pues el anterior estaba ‘sin cuerdas y fuera de uso’, mientras que en 1877 se constata la existencia de otro arpa con su método para tocarla ‘de sistema moderno y que está en buen uso’. Hoy día se conserva en el Archivo de Música el citado método, no los arpas.

Evidentemente la programación de 4 Requiem requiere una selección, ya que la interpretación de cada uno de los títulos necesitaría una hora de tiempo por obra, lo que la hace inviable. Cierra el recital el bellísimo responso final ‘In paradisum’ de Gabriel Fauré, el autor que inicia en Paris el nuevo estilo de los, digamos, ‘esperanzadores’ Requiem del s. XX. Alguien podría incluir en la misma línea también el monumental ‘Un requiem aleman’ de Johannes Brahms, pero pertenece al s XIX (1868) y además no sigue el texto tradicional del Requiem.

Por último, muchas gracias al Conservatorio Superior de Música de Navarra por su participación y colaboración coral e instrumental con la Capilla de Música. La otra mitad de la orquesta está tomada de la O. Sinfónica de Navarra. En la formación de un músico profesional entra la vivencia de todo tipo de música, tanto la propia de un moderno auditorio como la estética y acústica, por ejemplo, de una catedral gótica.

Miguel Valls, músico valenciano, maestro de capilla de la Seo iruñense entre 1704-1738. En 1719, año en que Felipe V e Isabel de Farnesio visitaron la catedral, mantuvo ciertas desavenencias con el cabildo de la misma, motivadas por la educación que el maestro daba u omitía a los Infanticos del coro. Fue destituído de algunas de sus obligaciones, pero continuó figurando como maestro de capilla hasta su fallecimiento. El cuidado de los niños cantores constituyó un tormento para muchos maestros de capilla (Francisco Guerrero, F. Javier de la Huerta etc.), pues eran formidables polifonistas, pero no necesariamente pedagogos.

Por lo que respecta a su obra musical, la producción conservada en Pamplona es escasa, siendo la más importante la Misa de Difuntos (1715) a 7 v. y la lección primera de difuntos Pace mihi, a 4 v, así como el bello Graduale In memoria a 3 v.

Intervino activamente en la famosa polémica que dividió a los principales maestros de capilla de España de la época a causa de la Misa Scala Aretina de Francisco Valls. Miguel Valls apoyó la línea más progresista, la de Francisco Valls (¿era pariente?

John Rutter, compositor inglés educado en el famoso centro Highgate School, director de coros, arreglista y productor, es uno de los autores actuales mejor aceptados en muchos circuitos musicales sobre todo de Europa y EE.UU.

Presentamos su Requiem aeternam, con texto en latín e inglés. Fuera de algunas manchas sonoras iniciales, calculadamente buscadas sobre el choque simultáneo de los 12 semitonos de la escala cromática, la obra en general se mantiene cerca de un centro tonal claro, e incluso a veces trae a colación temas gregorianos de la Secuencia de Pascua (muerte y vida). El resultado final es una música moderna, muy agradable, más fácil de entender y asimilar que no tanto de interpretar.

Destacamos el título The lord is my shepherd, donde el oboe solista, instrumento pastoril por excelencia, dialoga con el coro y arpa, tratando de reflejar el conocido texto del Salmo 22 ‘El Señor es mi pastor y me conduce por verdes prados a las aguas frescas’

El número final de la obra ‘Lux aeterna’ recoge en una bellísima ascensión espiritual la luz que emerge desde la tierra misma, luz que florece ya transformada, en el cielo. La obra sugiere la utilización de efectos lumínicos añadidos fáciles de encontrar en los mil rincones ocultos de una catedral gótica siempre necesitados de luz, mientras el coro va desgranando las notas finales de la misteriosa ‘Lux aeterna’. El acorde final exige un largo diminuendo, que acaba en ‘niente-niente’, nada: es la música del silencio eterno…

El polaco Zbigniew Preisner nacido en 1955, es el más joven de los compositores presentados. Ha trabajado con directores de cine como Francis F. Coppola (El Jardín secreto) o con Kieslowski, anta cuya inesperada muerte compuso en 1998 su ‘Requiem por un amigo’. Frente a títulos grandilocuentes y llamativos como Kai-kairós o Lacrymosa (repite el tema dos veces en el mismo Requiem), nos inclinamos por la sugerente simplicidad de su ‘Love’ para voces blancas, un intento de aproximar la muerte y la vida, la tierra y el cielo, lo profano y lo sacro, el templo y el mundo del saxo. A veces es muy difícil establecer la línea divisoria entre ambos. ¿De verdad, lo sabe alguien?

Maurice Duruflé, iniciado como niño de coro en la Catedral de Ruan, a los 17 años pasó a París para estudiar órgano con Charles Tournemire e ingresa en el Conservatorio Superior, donde estudia composición con Charles-Marie Widor y con Paul Dukas, y órgano con Eugène Gigout. Con éste mantuvo más tarde sus diferencias, pero al final de su vida le describirá lacónicamente como «un excelente hombre, y punto, es todo». Junto al gran concertista de órgano Louis Vierné fue el organista indiscutible de Notre Dame de Paris, así como asistente de Marcel Dupré en la clase de órgano del Conservatorio y profesor de Composición hasta 1970.

En 1947 compone su obra más conocida, el Réquiem Opus 9, para coro, solistas y orquesta que es estrenada por Paul Paray. El Réquiem presenta similitudes con el de G. Fauré (Durufle tocó el órgano en el funeral de Fauré), pero también está muy influenciado por el canto gregoriano y por la música del Renacimiento. Por ejemplo, el tema de la obertura en el Introit-Kyrie está emparentado con la Missa pro defunctis del portugués Duarte Lobo (s. XVII).

El Requiem de Duruflé ha sido revisado en dos ocasiones y existen actualmente tres versiones: una para orquesta sola, otra para orquesta sinfónica y coro, y una última para órgano con coro (que comprende un solo obligado para violonchelo en el Pie Jesu).

El maestro de capilla