Además de algunos tipos de gaitas existentes en el territorio europeo (Galicia, Polonia, Bulgaria, Bielorusia), abundan más en los isleños países del noroeste del continente. En Inglaterra las Gaitas de Northumbria representan el único superviviente de las diversas formas existentes antaño conocidas a lo largo de todo el país. Escocia se ha asociado internacionalmente con las Hihghland o War pipes (gaitas de las tierras altas de Escocia o tubos bélicos). A mitades del siglo XX las War pipes escocesas fueron adoptadas por los músicos bretones en conjunción con su propio instrumento nativo, la Bombarda, para perfeccionar las marchas marciales interpretadas por sus bandas militares.

El instrumento irlandés está también equipado con reguladores los cuales le proporcionan la posibilidad de crear una sencilla armonía.

Más allá de Europa existen también muchas clases de gaitas, de las que destaca notablemente el Jirbah del norte de África. Existen también ejemplos establecidos en varias partes de Asia. Durante los siglos que vieron el crecimiento del Imperio Británico, los regimientos del ejército escocés tuvieron un papel importante en el desarrollo del sistema imperial. A consecuencia de ello las gaitas escocesas han llegado a ser un instrumento bastante común en lo que fueron antiguamente colonias, hoy estados independientes.

J. Perut se inspiró posiblemente en los ejemplares que llegaban a Navarra desde Francia y desde Galicia a través del Camino de Santiago. La “cornamusa” está plenamente documentada en la corte navarra de los reyes Carlos II y III.