Capilla de Música de la Catedral de Pamplona
Flauta de pico Alfonso Iturria, fagot Lorea Gurrutxaga,
viola de gamba-violone Sergio Barcellona.
Organista: Raúl del Toro
Coral Ereintza-Ereintza Abesbatza. Director Ramón Ayerra
Maestro de capilla AURELIO SAGASETA
Notas al programa
Dum Pater familias.- Sirva este canto del Codex Calixtinus (s. XII) para la entrada procesional de los coros. Era el canto por excelencia de los peregrinos al divisar Santiago desde el Monte del Gozo, cada uno en su lengua (estaban naciendo las lenguas romances), por lo que la histórica melodía contiene la mayoría de las palabras en latín, más algunas expresiones sueltas en lengu´doil, en holandés-alemán, en fin, una sugerente Torre de Babel en los inicios de Europa. La versión más antigua, la del Calixtinus, tiene un ritmo libre, gregorianizante, pero hoy hay grupos sobre todo de especialistas ingleses que prefieren dotarlo de un ritmo más marcial y rotundo, basados en que aquellos peregrinos medievales que cantaban mientras caminaban difícilmente mantendrían el “ritmo sin ritmo” del gregoriano.
Ofrecemos las dos versiones, mientras entra el coro de voces blancas y luego de hombres, y un tercer coro se suma desde el coro alto de atrás, combinando los siglos y sus versiones y ritmos en latín, Euskera y francés.
Kyrie de Urraúl Alto.- Esta joya procedente de Urraúl (también aparece en Egüés y en Ibero todavía a comienzos del s. XX) tiene el sello de lo arcaico y popular sencillo a dos voces. No importa que contenga algunos “faltas armónicas” como quintas seguidas prohibidas en la escuela. Es mejor dejarlas como están, pues es cuestión de gustos y de épocas: en el Medievo eran habituales y no eran “faltas”, luego fueron prohibidas y así sentenciadas en Jean-Philippe Rameau (1722), y recuperadas en el s. XX en los años de Cl. Debussy... Todo depende del uso que se haga de las mismas.
Kyrie de la “Misa de feria a 4”.- El Archivo de Música de la Catedral de Pamplona conserva una primitiva misa prerrenacentista basada en la “Missa in feriis per annum” del antiguo Canto Llano. Junto con el “Vexilla regis” del s. XV-XVI refleja uno de los primeros intentos locales de una polifonía vertical a 4 voces creada para el culto ordinario, no solemne, de la Seo iruñense. Podría pensarse que una técnica elemental carece de expresividad, sin embargo, aún admitiendo la verdad de la sentencia popular de que muchas veces “lo más sencillo es lo más elegante”, esta primitiva música, además, resulta altamente expresiva. Se trata de acercarnos a aquel canto que resonó en nuestra Catedral, entonces recién terminada, mientras la Capilla de Música cantaba la invocación griega Kirie eleison. Berlioz y Verdi, por ejemplo, lo dijeron más fastuosamente y hasta a gritos, mientras que aquella estética tardomedieval local expresó de otra manera, en actitud temerosa, lo que solo era una plegaria: Señor, ten piedad.
¿Qué hace desnudo en la Cruz?.- Es un motete en lengua vernácula que contiene un texto barroco de la época, cargado de sentencias y juego de palabras “Penar, sentir, morir, padecer. Cristo pena porque no le de pena al hombre... mirar que pena por Él”. Escaregui, natural de Eibar y educado desde niño en la Catedral de Pamplona, fue arpista y luego maestro de capilla de la misma. Le tocó vivir de cerca la ornamentación de la Sacristía de estilo Rococó y similar Biblioteca Capitular. Aunque es coetáneo de J. S. Bach, desde el punto de vista musical, su estilo es más avanzado que el del gran maestro alemán, al que ya sus propios hijos lo consideran ”viejo”. Evidentemente, hablamos de movimientos estéticos, no de calidades. Bach es la cumbre y en cierto modo es intemporal, mientras otros “avanzados” pasan. Con todo, no deja de ser reseñable que, mientras en Leipzig no entraba el estilo Galante, en una pequeña ciudad como Iruña, estaban al tanto de lo que sucedía en Italia y en Viena.
Lob Gott, ihr Christen Allzugleich, constituye otro ejemplo similar de desarrollo de un tema monódico, en este caso de Nikolaus Herman (1554), que Bach lo adapta al órgano (WBV 609) y luego el coro lo presenta a 4 voces verticales (WBV 151). El cantus firmus de la versión organística está encomendado a la voz superior, si bien admite toda clase de combinaciones, un oboe o una trompeta solista etc. Bach es el arquitecto sonoro perfecto, construye tan bien que todo encaja, incluso con un conjunto de metal y hasta de ¡saxos! (hay grabaciones). Es como un edificio artístico tan original y tan bien diseñado que queda bien, transmite siempre, tanto hecho con material noble como con el humilde ladrillo.
Jesu, meine freude.- Este motete es considerado como una de las cumbres de la música coral de todos los tiempos. No se trata ahora de ofrecer la obra entera, sino solo un muestrario. Consta de 11 números, de los que se consideran más difíciles de ejecución los dígitos pares 2, 4, 6...). Bach es capaz de armonizar el mismo canto preexistente “Jesu, meine” de Johann Franck (o sea, el tema de los números impares del motete) de varias maneras distintas, a cada cual más interesantes.
De acuerdo con la espiritualidad pietista de la época, en el Nº 2 Es ist nun nichts el autor exige al coro un superpiano, imitando el silencio, “nich”, la negación total al pecado y a los vicios, y siguiendo el lenguaje simbolista, mientras los corales impares conforman el travesaño vertical de la Cruz, los dígitos pares conforman el travesaño horizontal, con texto tomado de la Epístola a los Romanos. El Nº 3 Unter deinen alude a los rayos y truenos que acechan al alma frente al apoyo de Jesús que la protege.
En medio de los 11 números prevalece el Nº 6, Ihr aber seid nicht fleischlich que hace de eje (“piedra angular”) de la Cruz y de todo el motete de Bach. Esta doble fuga es el punto donde convergen ambos travesaños: “Mas vosotros no vivís según la carne, sino según el espíritu...”
Termina el motete con el Nº 11, a cargo de los dos coros. El texto canta a “Jesús, mi consuelo... Huíd, espíritus de la tristeza, que mi Maestro es mi gozo y mi alegría”.
Aurelio Sagaseta, maestro de capilla